Después de mi obligada parada, como todos los años, en BurningMan volví a Colombia y visite, entre otros, el eje cafetero.
De Bogotá tomé un bus a Pereira, y de ahí un bus a Salento. Allí visité el valle del Cocora y viví una aventura en las montañas que fue algo más arriesgada de lo que me esperaba.
Salento es un pueblo precioso, turístico si, pero con mucho encanto.
Mucha gente va allí por su cercanía con el Valle de Cocora, posiblemente el lugar más famoso del eje cafetero. Es un pueblo pequeño y tiene fincas de café alrededor, lo normal es ir a visitar una. Por recomendación de los dueños del hostel fuimos a una finca pequeña, que lo produce de forma tradicional y sin ningún proceso químico ni tecnología, todo a mano.
Como curiosidad, aprendí que el café, cuanto más oscuro es, menos cafeína tiene, yo pensaba que era al revés, al parecer al tostarlo se le va yendo la cafeína y gana amargor.
Mi aventura en el Valle del Cocora
Tenía ganas de hacer algo difícil, un reto, y exploré el mapa del Valle del Cocora a ver que se podía hacer. Vi que una vez pasas la zona turística del valle, se puede subir a unos nevados a más de 4000 metros, y también descubrí que en la ladera de uno de los picos, había unas aguas termales. Pues ya tenía plan. Pregunté a la gente del pueblo de Salento por esa ruta, si había refugios, si el agua de los ríos se podía beber, etc. Cada uno me decía una cosa distinta, así que me preparé para el peor caso y asumí que no me quedaría en un refugio y que el agua tendría que potabilizarla, por suerte tenía pastillas potabilizadoras en la mochila. La ruta duraría 3 días completos.
La ruta comienza en el Valle del Cocora, la única forma de llegar allí es tomando un Willy desde Salento. Los Willis son 4x4 que llevan a los turístas todos metidos en el cajón trasero y si no caben, te subes al reposa pies trasero, son muy divertidos.
El valle tiene un mini trek de unas horas que hacen los turistas, todos iban con sus cámaras de fotos y pintas de turístas y yo con una mochila de 80 litros que parecía que iba a la guerra, me miraban raro. El Valle del Cocora es un lugar espectacular, solo tenéis que ver las fotos, esas palmeras son únicas en el mundo, solo crecen allí y creo que son las más altas que existen.
Sinceramente, pensé que me encontraría gente haciendo mi ruta, por lo que no me preocupaba el ir solo, pero no fue así, prácticamente no me encontré con nadie en los 3 diás.
Para hacer el recorrido en un loop y ver más cosas, subí por un camino poco conocido por detrás del valle, mi objetivo era llegar a la Finca Primavera.
Fué posiblemente la etapa más dura que nunca haya hecho, el camino estaba destrozado, por lo visto solo pasaba ganado y caballos, era bastante empinado, me quedé sin agua, se puso a llover, y fué más largo que lo que decía el mapa, fueron 18 kilómetros con un desnivel de 1500 metros acabando a 3900 metros de altura, donde ya falta un poquito el aire. Para más complicaciones, cuando llegué a la parte alta, a 4 kilómetros del objetivo, me perdí donde ya me habían avisado que me iba a perder, por lo visto es algo común por la poca visibilidad por la niebla y porque no hay ningún camino marcado. Después de atraversar muchos arbustos y piedras, encontré el camino y seguí.
Llegué a la Finca Primavera despues de 8 horas caminando sin parar. Estaba agotado, fue bastante duro. Allí había un hombre viviendo, que tenía su ganado y cobraba dinero a los montañeros por quedarse a dormir. Monté mi tienda y descansé. Al rato llegaron 2 franceses con un guía, que estaban haciendo otra ruta, y 3 colombianos que tenían como objetivo hacer cumbre en el Nevado Tolima a 5215 metros de altura. Hablé con ellos y los franceses se enfadaron conmigo, me dijeron que era un irresponsable por hacer esta ruta yo solo dado que es una zona muy remota y si me pasa algo no podrían encontrarme. Yo pensé que "qué mierdas me estaban diciendo y que se preocuparan por ellos mismos", pero luego reflexioné y pensé que posiblemente si que llevaran razón... bueno, aprendo para la próxima. Hablé con los guías para explicarles la ruta que iba a hacer y mi objetivo de llegar a las aguas termales, después de ese primer día tan duro tenía dudas de si debería continuar, porque no creo que pudiera aguantar otro día asi de difícil, de hecho mi intención era volverme y no lograr mi objetivo.
Me preguntaron, ¿cuánto has tardado en subir hasta aquí? les dije que 8 horas, y me dijeron, continúa a tu objetivo, si has hecho lo que has hecho en 8 horas, es que esto es muy fácil para ti y no te va a costar llegar.
Eso me motivó mucho, ellos sabían de lo que hablaban, ni siquiera me dijeron nada de que no debería ir solo. Así que después de conversar con ellos hasta que se hizo de noche, me fui a la tienda a comer algo y a dormir.
Amanezco a las 6am, un paisaje precioso, todo un valle bajo mis pies y con el sonido de las gallinas y de las vacas de la finca. Creo que no existe una forma mejor de despertarse, ójala fuera siempre así. Desmonto la tienda y comienzo a caminar, me esperaban otros 18 kilometros, pero esta vez era todo más o menos plano. No fue tan duro, después de cruzar varios ríos (mojándome incluso) y pasar varios lagos, los últimos kilómetros tuve que subir por la ladera del Nevado Tolima para descubrir detrás las aguas termales, llamadas Termales del Cañon. Son, literalmente, 3 agujeros en el suelo, con agua caliente, donde hay una casita muy rudimentaria donde vive un señor, que también cobra por quedarse en su finca y cuida de las termas. Había un montón de caballos, todos libres y al fondo, se veía el pico Tolima todo nevado. A este sitio no se podía llegar de otra forma, es muy remoto, lo que me hacía sentir que estaba en un sitio muy especial.
¿Podría gustarme algo más que estar ahí? Creo que no, ese sitio lo tenía todo. Monté mi tienda y me metí al agua, que relajación!! Había otra tienda puesta, pero no había nadie dentro. A las horas sus dueños llegaron, iban cargados con material de escalada, eran un chico y una chica colombianos, el brazo de la chica tenía más músculos que mis piernas!!, venían de escalar en hielo a 5000 metros en el pico Tolima... casi nada!!
Antes de dormir, otro bañito, disfrutando del silencio, la libertad, la naturaleza, lo virgen, lo remoto, el aire, la salud, la vida,... de todo! Y a dormir.
Amanezco a las 5am, rodeado de caballos. Me esperaba una muy larga caminata, de 30 kilometros, pero sabía que era la mayoría bajada.
El camino de regreso era mucho más bonito y fácil que el del primer día, es el camino por donde se sube habitualmente.
Tarde 10 horas en llegar al Valle del Cocora, creo que puse mis piernas al límite por primera vez en mucho tiempo, me temblaban.
Todo un éxito de aventura, como siempre digo, si no hay algo de riesgo, no es una aventura, es un paseo.
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